Desde la hora 21 se juega hoy el último choque de Cuartos entre Argentina y Ecuador en el estadio Olímpico Pedro Luvovico Teixeira, teniendo a la albiceleste como favorita, pero con un "tri" aguerrido y que dará dura lucha, tal y como lo hizo con Brasil en el último partido del grupo.
El elenco de Lionel Scaloni se ha mostrado muy compacto en todas sus líneas, con nombres no muy rimbombantes pero que para la causa le han dado sus frutos, especialmente a la hora de rodear a la estrella Lionel Messi para que haga "de las suyas" como él sabe.
La albiceleste ha venido trabajando a reglamento para encarar el primero de los tres partidos que lo separan de la gloria que se le hace esquiva desde hace 28 años.
Argentina transmite la sensación de que la gloria es posible cuando tiene la pelota y se predispone en situación ofensiva; cuando intenta imponer condiciones a través de la búsqueda y del dominio territorial; y cuando sus futbolistas se conectan con justeza y velocidad, con Messi como amenaza permanente para los rivales.
Lo contrario ocurre cuando resigna la posesión del balón y se vuelve un equipo más bien pasivo, sin agresividad. La falta de la pelota le provoca incomodidad, la transforma en un conjunto del montón antes que la formación temible que asoma cada vez que está lista para atacar, con uno de los laterales proyectados al ataque, los mediocampistas predispuestos para esos toques dañinos que rompen líneas y la peligrosa movilidad de los de arriba.
Por el lado de Ecuador, el equipo es muy solidario tanto a la hora de atacar como de defender, pero igualmente le hace falta categoría arriba, no contando con jugadores que lastimen al rival en la red, por lo que es dable esperar ingrese al campo de juego con la mente puesta en defender con uñas y dientes su arco y muy especialmente evitar cometer faltas al borde del área, zona mortal para los remates libres de Messi.